Te invito a pasar

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"Hello, welcome. I' am Riana._"

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Mi habitación es un desorden de cuadernos y lienzos donde ni yo misma me sé ubicar, pero te invito a pasar y echar un vistazo por aquí y por allá. Mientras tanto, me retiraré a una esquina para no estorbar tu escrutinio. ¿Quién soy? Eso es lo de menos; no hay duda menos relevante. Pero satisfaceré tu curiosidad porque no quiero que te vayas y volver a sentirme sola entre mis garabatos, aunque lo haré a medias. 

Mi nombre es Riana y soy una chica trans que vive en una pequeña y remota isla olvidada por el mundo. La única actividad gratificante que poseo es la lectura compulsiva de toda clase de literatura, desde novela negra hasta poesía moderna. Pero solo leer dejó de ser suficiente, y henos aquí, en este blog, donde me dispuse a compartir mi incursión en el mundo de la escritura creativa. Aquí pienso arrojar todas esas prácticas de estilo, relatos a medias y poemas indefinidos que me daría mucha vergüenza mostrar a personas reales. 

Creé este espacio porque, si hacer público en internet mi proceso atrae a dos o tres almas desdichadas dispuestas a acompañarme, se sentirá más acogedor plantarme frente a la hoja en blanco. Soy esa clase de persona que conocen como ermitaña, hikikomori, marginada o cualquier otro nombre. El punto es que no tengo vida social más allá de la virtual, y eso provoca que sea algo intensa con el uso de este blog, probablemente llenándolo de mucho material innecesario. Si te quedas a pesar de mi repelente personalidad, te regalaré una galletita todas las semanas.

¿Qué puedes esperar encontrar en este blog? Lo ya mencionado: prácticas de escritura, ejercicios literarios, relatos y poemas a medias, primeros capítulos de novelas que nunca continuaré, y algún que otro dibujo sin acabar. En realidad, todo está incompleto y lleno de defectos. 

También encontrarás mis opiniones —a veces repelentes— sobre literatura y lo obsesionada que esté con el libro que esté leyendo en el momento. Además, algunas interacciones con character.ai porque, ah, a dar cringe también venimos, y reflexiones que no van a ninguna parte. 

¿No te entusiasma la idea de que parezca lo que arrojarías a un vertedero de basura? Ya, a mí tampoco. Por eso he dicho que te daría galletitas.

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